Rabino Rosen: «Benedicto XVI es una gran esperanza para el diálogo judeocristiano»

La razón 27/04/05

 

 

Una de las voces más notables del judaísmo celebra la elección de Joseph Raztinger como Papa

 

Benedicto XVI comenzó su pontificado el día de la Pascua judía, la Pésaj. Todo un símbolo para quienes, como el rabino Rosen, consideran que Joseph Ratzinger podría ser el Papa del acercamiento entre las religiones «Su condena al antisemitismo y su actitud de diálogo han sido siempre clarísimas»

P. Giovanetti/M. Velasco

 

Roma/Madrid. En Jerusalén se siguen con atención los primeros pasos de Benedicto XVI al frente de la Iglesia. Así lo confirma el rabino David Rosen, uno de los protagonistas del diálogo entre la Santa Sede y los «hermanos mayores» judíos, fortalecido en estos años por Juan Pablo II: «La reacción del pueblo judío ha sido positiva; las actitudes de Benedicto XVI a favor del diálogo y su condena del antisemitismo han sido siempre clarísimas. Esperamos que este Papa siga la senda que comenzó Juan Pablo II», sostiene.

 

   El rabino Rosen mantiene grandes esperanzas en Benedicto XVI: «No creo que haya grandes cuestiones teológicas por afrontar. Creo que ni siquiera sobre el Holocausto tenemos que esperar los judíos mucho más después del documento de 1998 «Nosotros recordamos». Habrá también diversidad de opiniones sobre Pío XII, pero razonando en términos realistas, mi mayor esperanza está en que Benedicto XVI envíe a los católicos una instrucción en la que se diga que las enseñanzas de la “Nostra Aetate” y posteriores deben ser parte integrante de la educación de cada católico, en especial de la formación de los sacerdotes», afirma.

 

   El rabino Rosen tuvo la oportunidad de hablar en diversas ocasiones con Joseph Ratzinger, cuando este era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe: «La primera vez que le vi fue hace quince años y la última en Asís en 2002, con ocasión de la Jornada de oración por la paz. En 1994 organizamos un congreso en Jerusalén con la presencia de 600 líderes cristianos y judíos de todo el mundo. El cardenal Raztinger fue el principal ponente. Recuerdo perfectamente sus primeras palabras: “La historia de las relaciones entre católicos y judíos ha estado llena de lágrimas y de sangre. Es más urgente que nunca la necesidad de reconciliación y reestablecimiento de las relaciones entre ambos”, dijo».

 

   Rosen asegura que la situación actual le debe mucho a la labor ejercida en su momento por el cardenal Ratzinger: «Uno de los documentos más importantes fue publicado por la Pontificia Comisión Bíblica: “El pueblo hebreo y sus Sagradas Escrituras en la Biblia cristiana”, un documento que subraya la importancia del pueblo judío y de sus escrituras para el cristianismo. Raztinger dio el “imprimatur” a aquel texto e hizo una significativa introducción».

 

   Rosen también alude a la polémica declaración «Dominus Iesus» sobre la relación de la Iglesia con otras confesiones, que el cardenal Raztinger firmó en el año 2000: «Es cierto, hubo reacciones negativas. Pero fue precisamente Ratzinger el que publicó inmediatamente un artículo en el “Osservatore Romano” sobre la común heredad de Abraham nuestro padre. Decía que como el judaísmo está en la raíz misma de la fe cristiana, no entra en la misma categoría.

 

Esta es una afirmación muy interesante. Cuando lo vi por vez primera, hace quince años, hablamos mucho sobre teología. Y de pronto me dijo: «Todo lo que tiene un significado religioso para ti, lo tiene para mí, porque tú eres mi raíz». Avvenire

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